Esta energía, también llamada "energía oceánica" es en lo que se ha fijado la Comisión Europea.
Un tipo de energía que proviene por ejemplo, de las olas y de las mareas.
Está muy bien pensado porque Bruselas cree que la energía obtenida podría contribuir a "equilibrar" la producción de otras renovables, como la eólica y la solar, de modo que se pudiera "garantizar un suministro eléctrico total y estable". ¿Te imaginas?
Según parece, este nuevo sector podría crear hasta 40.000 empleos de aquí a 2035 y tiene el "potencial teórico" de cubrir el 78 % de la demanda energética de la Unión Europea en 2030.
No suena mal, no
Sin embargo, y todo ha de tener una parte negativa, el Ejecutivo comunitario admite que el coste de producción en este sector es "muy, muy elevado" y es necesario desarrollar nuevas tecnologías que permitan reducirlo. Existen obstáculos de infraestructura, como problemas de conexión a la red o de acceso a instalaciones portuarias adecuadas y problemas administrativos, por la complejidad de los procesos de autorización y licencia.
Pero para empezar a pensar en este nuevo aporte de energía no está mal.
¿Qué opinas? ¿Crees que este proyecto es factible?
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